lunes, 29 de marzo de 2010

La amistad según Ezequiel Acuña

Hoy, cine argentino.
Pero, ¡arriba!; que no voy a hablar del policial negro (?) más electrizante de 2009 -me remito en la ironía-. No, basta de El secreto de sus ojos y de Campanella paseando por todos los medios que los "apoyaron desde un principio". 
La idea es presentar otros autores argentinos, aquellas producciones que suelen ser pisoteadas por tanques (?) arrasa taquillas como Un novio para mi mujerTiempo de Valientes. 
Hay una nueva camada de autores jóvenes con ganas de disipar el humo -Caputo dixit- y contar buenas historias. 

Hoy le toca a Ezequiel Acuña, director de Nadar solo y Excursiones, estrenada hace unos meses y que vi en el MALBA el último fin de semana.
Nadar solo (2003) fue la ópera prima. Es una película simple sobre un adolescente de clase media alta que deambula por la vida en busca de algo. ¿De qué? Ni él lo sabe. Tal vez que progrese su banda de rock, tal vez consolidar la amistad con su amigo skater, tal vez encontrar la respuesta en ese mayor hermano tan lejano, tal vez    en la compañía de esa chica que conoce por casualidad. Pero nada parece ser suficiente: todo se aleja, se disipa. Ningún camino se hace visible, y la fotografía de la adolescencia y la soledad se encuadra muy bien. Los excelentes diálogos y las buenas actuaciones, sin embargo, no logran que la trama se mantenga en la huella y la historia parece tan perdida como el personaje. Nadar solo, igualmente, vale la pena. Y para ser una opera prima está bien, es entretenida. Muchos de nosotros tenemos un pedazo de esa adolescencia solitaria que tan bien transmite Martín Cánepa.
Sin detenernos en su segunda película -Como un avión estrellado (2005), que aún me la debo-, en Excursiones Acuña retoma el tema de la amistad pero visto desde otra etapa de la vida. Dos amigos de la secundaria se reencuentran a los 30, después de haber pasado 10 años sin verse. Y evidencia que cuando se dan esas situaciones, nunca suele ser porque sí. A veces, el "cada uno tomó un camino diferente" es simplemente una capa de pintura, que de rascarse echará luz sobre cosas de las que cuesta hablar. Y otra vez uno, en mi caso cerca de los 30, mira para atrás y vuelve a verse reflejado en los personajes creados por Acuña; en los diálogos, verósimiles y con una dinámica y gracia que por suerte no caen en nuestro "bendito costumbrismo"; en el carácter de los personajes; en las circunstancias cotidianas, cargadas de sutilezas y detalles originales; en los guiños graciosos, en la nostalgia, en la música. 
Hay un Acuña mucho más maduro en Excursiones. Y se nota. El conflicto está mejor definido y desarrollado. Y el final es lindo. Todavía no le encuentro una justificación al uso del blanco y negro. Tal vez lo deberé buscar en alguna entrevista que haya dado, pero no me convence. Una película sin mayores sorpresas, pero que sin conquistar a las masas con lugares comunes o actores cliche, cuenta una linda historia. De esas que todos vivimos, y que nos encanta ver reflejadas en una pantalla. A veces el guiño de un amigo puede valer mucho más que el de los ojos de Hollywood.      

6 comentarios:

Joaquín Bilbao dijo...

Nadar solo y no me agradó demasiado, aunque tenía algunos méritos. Coincido en que el adoslescente amargado de clase acomodada está bien mostrado.

El tema central, creo, es el problema de la comunicación. Nadie sabe hacerlo. Me atrevo maleducadamente a usar el espacio para copiar algo que había escrito cuando la ví:

"Un adolescente de 17 años, Martín, de Barrio Norte esta muy solo. Por eso la película arranca con un par de tomas donde el nada, precisamente, solo. Si bien hay personas alrededor, parecen no darle demasiada bola. Lo mismo le sucede en su casa. Su familia, papá, mamá y una hermana menor, conviven con él, comen juntos, “hablan”, pero, en definitiva, lo dejan solo. Ni él ni su familia parecen encontrarle la vuelta al tema de la comunicación, que es lo que falta permanentemente entre los personajes que aparecen en la película."

"A falta de palabras, Martín golpea su bateria en una banda de amigos [...] Por supuesto, ni las melodías, ni las letras se muestran especialmente aptas para comunicar algo más complejo que un grito prolongado que parece expresar, precisamente, la ausencia de comunicación."

¡Disculpá el exceso de palabras! Pero esto lo tenía hace mucho y no sabía donde meterlo.

PD: Me gusta el nuevo logo de Anecdotario colectivo. Congrats!

Fer Massa dijo...

Ningún exceso, al contrario, más que bienvenido. Y estoy de acuerdo con lo que decís.
La peli es una buena fotografía sobre la soledad del adolescente de clase acomodada. Bien realista, bien guionado. Pero a la mitad la peli cae mucho. Le falta una vuelta de rosca, encarrilar el conflicto hacia algún lado.
Charlando de este post con Lucas me dijo algo piola: que si bien elogiaba las buenas intenciones de Acuña, después en las críticas lo mataba jaja
Me gustó su comentario, y me hizo dar cuenta de que no alcanza con buenas intenciones. Tal vez, me dejé de llevar por contrastar un cine distinto al de El secreto de sus ojos y sobretodo otras pelis que la gente aclama mucho, pero que si se las analiza con detenimiento no hay mucho más que un par de escenas con gancho concatenadas (como la del payaso plin plin en Tiempo de Valientes, o los unipersonales de la Bertucceli en Un novio para mi mujer.
Y ahí si que soy injusto con El secreto... porque ha logrado escenas excelentes como el asesinato en el depto o la violación.
En fin, Excursiones creo que peca de copiar un poco la fórmula, pero demuestra que el tipo fue más allá al contar la historia y que terminó haciendo una buena y linda película.
Ah y lo del banner es todo de Juli jaja. Es mi creative partner jeje

Joaquín Bilbao dijo...

Fer:

Me faltó ser algo más explícito en que Nadar solo, más allá de sus falencias, es un buen intento de un director que iba encontrando nuestro tan amado "foco". Lo importante, creo, es si el resultado de esa búsqueda terminó en Excursiones, película que realmente pareció gustarte. Ahora me dieron ganas de verla...

Por otra parte, como "ideología cultural", no está mal abogar por un cine más personal y complejo, que por uno más industrial e impersonal. Estoy más cerca de lo primero, pero cuando corresponde reconozco los méritos de lo segundo.

En esto días quiero ponerme al día con el cine de Lucrecia Martel, cuyo inicio de La ciénaga me dejó muy felizmente intrigado. Después te cuento qué tal...

¡Saludos a la dupla bloggera!

Fer Massa dijo...

jaja sí creo que el foco nunca lo termina de encontrar... A Excursiones le pongo un 7, no me partió la cabeza ni mucho menos, pero los diálogos y los personajes están muy bien.

Lo del tipo de cine creo que es una discusión larga... ahí soy muy crítico con las pelis de acá, porque afuera me gustan tanto los tanques hollywoodenses como las pelis independientes de bajo presupuesto. Hay excelentes cosas de los dos lados.., pero acá es como que está la peli que les gusta a todos, y si no esas que se pasan filmando una mosca arriba de una factura en un depto de Villa Crespo y creen que están haciendo arte abstracto...

Quizá por eso el ansia de destacar a quienes con poco al menos intentan contar una historia.

Uy Martel... Tengo la mala sensación de que después de haberla roto con La ciénaga -me fascinó-, las pelis involucionaron. La Niña Santa mmmhhh y con La mujer sin cabeza me dieron ganas de tirarle una chancleta al televisor.

Julie dijo...

1)"...acá es como que está la peli que les gusta a todos, y si no esas que se pasan filmando una mosca arriba de una factura en un depto de Villa Crespo y creen que están haciendo arte abstracto...
2)"y con La mujer sin cabeza me dieron ganas de tirarle una chancleta al televisor"


1) Brillante!
2) Vos una, y yo la otra.

Fer Massa dijo...

jaja dos chancletas para La mujer sin cabeza entonces