jueves, 29 de octubre de 2009

Crónica de un enfermero - Tercera parte

En la sala de enfermeros, una de las hornallas de la cocina se suele mantener encendida para dar calor. Es que la única estufa que funciona en la Sala 10, está en el pasillo. Es decir que los pacientes sólo combaten el invierno con las frazadas. Que dicho sea de paso, andan faltando también.
La estufa fue producto de una donación. Ángel y Juan Carlos bloquearon una ventana, y como no había personal para soldarla, lo hicieron ellos.
Días atrás, la estufa se encendió mal, y le explotó en la cara a Ángel. “Se me quemaron unos pelos, pero si me llegaba a quemar… ¿me lo cubre la ART? Yo creo que no”, dice.
El mayor orgullo del personal de la Sala 10 fue la instalación de oxígeno central en una sala para prescindir de tubos. El problema de los tubos es el mismo que el que tienen las garrafas: son difíciles de transportar por el peso, y además resultan peligrosas si se llegan a caer.
Es por eso que durante diez años presentaron proyectos, sin obtener respuesta. Finalmente, se dio y hoy Ángel lo cuenta como una demostración de que “vale la pena luchar por eso”.
Más allá de los logros materiales, cada enfermero atesora más de una historia con pacientes.
Ángel recuerda en particular a un paciente de la cama 5. El hombre sufría una insuficiencia cardíaca y tenía cirrosis. No se quería bañar, estaba deprimido.
Todos los días, Juan Carlos y él lo llevaban por la fuerza a bañarse. Pero un día, el hombre se tiró en medio del pasillo y dijo que no quería más. Ellos no lo escucharon, lo agarraron cada uno de un brazo y lo arrastraron por el pasillo. “El hombre debía tener unos 60 años”, dice Ángel, “era retacón y muy pesado”. “Todos los días lo llevábamos a bañar, se enojaba, nos insultaba”.
Tiempo después, Ángel y Juan Carlos estaban camino a Terapia Intensiva, y en uno de los consultorios externos reconocen a aquel hombre. “Mirá quién anda ahí”.
El hombre se acercó a ellos y emocionado les dijo: “Ustedes me salvaron la vida”.
“Y ahí te das cuenta de que todo esto sirve para algo”, dice Ángel.

1 comentario:

Julie dijo...

Pese a todo, final feliz. Y sacando sonrisas, Erra. Gracias!