Ciudad de la paz 421. Este Caserón de Colegiales habrá nacido a principios de los 40'. A fines de esa década, un abogado y su esposa lo alquilaron. Ansiaban comprarlo, pero los números no daban. Finalmente se dio: en los 50', el caserón era de ellos.
Y si bien llegaron a vivir 13 personas, ya en los 90' el caserón quedaba demasiado grande, y mi abuela Maruja se decidió a poner la casa en venta. La compraron dos publicistas en ascenso: los hermanos Shakespeare, a quienes por esos días se les había encargado la renovación de todos los carteles de calle de la ciudad.
Pero hará unos cinco años atrás, el caserón volvió a cambiar de manos. Quien hoy se acerque ahí, se encontrará con la Casa de Oshawa, un restaurant de comida macrobiótica que también cuenta con un almacén de productos naturales.
Y si bien llegaron a vivir 13 personas, ya en los 90' el caserón quedaba demasiado grande, y mi abuela Maruja se decidió a poner la casa en venta. La compraron dos publicistas en ascenso: los hermanos Shakespeare, a quienes por esos días se les había encargado la renovación de todos los carteles de calle de la ciudad.
Pero hará unos cinco años atrás, el caserón volvió a cambiar de manos. Quien hoy se acerque ahí, se encontrará con la Casa de Oshawa, un restaurant de comida macrobiótica que también cuenta con un almacén de productos naturales.
3 comentarios:
Los tiempos cambiaron, si...
Y para bien: hoy podes volver a comer en esa casa! No es la comida de la abuela, pero que la puerta este abierta para volver y estar ahi, no esta mal.
PD: hay que volver.
Alalala, como va tomando color eh!!
Muy buena foto!
Max
Sí, de hecho la última visita no estuvo nada mal: además de la recorrida por los rincones y pasillos de la infancia, debuté con la comida macrobiótica.
¡Y bienvenido Max! Pásese cuando guste.
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