jueves, 14 de octubre de 2010

Escenas porteñas: duelos

Su alma se había acercado a esa región donde se hallan las huestes de muertos. Se daba cuenta, sin poder comprenderlo, de su aviesa y tenue existencia. Su propia identidad se desvanecía en un mundo inalcanzable y gris; el sólido mundo en el que esos muertos habían alguna vez habitado y crecido se estaba disolviendo y consumiendo.  
James Joyce, "Los muertos" 



Media mañana. Dos mujeres mayores se pasean por la Recoleta. Pasan frente a un negocio de electrodomésticos. Los televisores sintonizan un canal de noticias, y se puede ver la parafernalia que antecede a un gran funeral: una hilera de autos de lujo negros, en los que se refleja la muchedumbre que aguarda en la puerta del cementerio, con sus mejores trajes y vestidos, con ramilletes de flores y anteojos negros.
—Mirá —le dice una mujer a la otra—. Está por empezar el funeral de la hija de Cris Morena.
—Sí, vamos rápido para casa así no nos lo perdemos.

Pasadas las dos de la tarde, el subte B llega a la estación Florida. Sentado, con un bolso negro y compacto entre las piernas, un muchacho de unos treinta años pasea la mirada por el vagón. Lleva una remera negra ajustada, con las mangas lo suficientemente cortas como para que su biceps se luzcan sin interferencias. Su pantalón es de algodón, también negro, pero tan abombachado que podría habérselo robado a un bailarín ruso. Tiene un aire al actor Juan Palomino, pero con rasgos más finos. El pelo, más corto en los costados, se destaca por un jopo de futbolista italiano. 
Se abren las puertas y entran dos chicas. Una, más gorda y cercana a los treinta, con varias bolsas en la mano, se sienta al lado del muchacho. La otra, más joven, más flaca, se queda parada. Las dos llevan remeras de algodón baratas, bien ceñidas al cuerpo. Se nota que no les importa que les marque la flaccidez de sus curvas.
La que está parada, disimuladamente, le patea la pierna a la otra. Con un gesto, le señala al muchacho de al lado. Hablan sin emitir sonidos. La que está sentada se ríe y le dice con la cabeza "dale, dale".
La más joven quiebra un poco las piernas, retrocede, se ríe, y finalmente le pregunta:
—Disculpá... ¿vos no estás en Bailando?
El la mira, sonríe, y le dice que sí, con la naturalidad de algo que pasa todos los días.
La chica se tapa la cara con las manos y le dice "te dije, te dije", a la otra, que sonríe, tranquila, apoltronada en su asiento.
—...y antes bailabas con Evangelina Anderson... ¿no?
—Sí, así es —dice él de muy buen humor.
—Y... ¿Cómo es ella? ¿Divina, no?
—Sí, divina, divina.
—Ay, es él, es él —le dice ella a la otra. El muchacho sonríe—. Y hoy... bailan ¿no?
El se pone serio y le contesta que no.
—Ah, cierto. No hay programa por lo de Romina... —dice ella.
—Claro, claro.
—Qué terrible, pobrecita. Era adorable.
—Sí, terrible.
Y los dos se quedan en silencio, los ojos caídos, como si rindiesen unos segundos de homenaje a la fallecida.
El subte llega a Carlos Pellegrini.
La chica recobra la emoción del principio y dice:
—¿La semana que viene bailan, entonces?
—Sí, el jueves de la semana que viene.
—Ay... me encantó conocerte... y sos muy lindo además...
El se ríe, agarra el bolso le da un beso a cada una y se va.

Sábado, cerca de medianoche. Un grupo grande de veinteañeros copa el fondo de un 152. En una de las puntas se sientan un chico y una chica. Retoman la conversación que llevaban antes de subir.
—Yo creo que Chapman está subestimado —dice él. Ella asiente en silencio—. Te juro, para mí el tipo no era ni un loco ni un idiota. Hay mucho más detrás de esa historia. ¿Por qué eligió a John Lennon? ¿Por qué pasó en Nueva York?
—Sí. Como que la historia se encargó de culpar a Yoko de todo, pero yo tampoco creo que sea tan así.
—Sí, no sé. Chapman es un personaje muy particular. Es un caso para estudiar con detenimiento. Ah, y te recomiendo que veas John Lennon vs. USA, está muy buena. 



         

5 comentarios:

Julie dijo...

De lo mejor que nos regaló Anecdotario Colectivo en lo que hace a esta sección.

Y encima, la foto es genial!

Joaquín Bilbao dijo...

No ví la filmación del funeral, salvo una toma de Tinelli caminando por ahí. ¿Qué será lo que se perdían? Bien el registro ahí.

Y mejor aún cómo continuás el tema de la muerte con la anécdota de Bailando.... Da para hacer algunos apuntes sobre la muerte en la programción masiva y cómo repercute en la gente. Y, por supuesto, que entendemos por muerte. No estar más en TV de aire parece ser un certificado de defunción.

Por último, la conversación sobre la muerte de Lennon parece que da un cierre al tema y, de paso, nos tira una propuesta. Ver una película para revisar un hecho que creíamos que ya conocíamos. Otra vez: pensar sobre la muerte en los medios.

Muy buen post.

Fer Massa dijo...

Gracias, Julita! La foto es de aquella vuelta por Colegiales...

Y sí Joaco, no había sido tan conciente de el hecho de que no aparecer en la tele es la muerte para muchos. Sobretodo para esos famosos efímeros, ¿no? Y respecto a la muerte y los argentinos después de lo de Alfonsín, Peña y de esta chica cada vez me convenzo más de que hacemos un culto desmedido a la muerte, y el muerto, en consecuencia, es producto de una especie de canonización ciega y bastante absurda...
En fin da para largo.

Anónimo dijo...

anecdotario colectivo
y solo tengo que decirte Hola!
siempre lo supe
siempre
te conozco desde chico
y siempre supe esto
anecdotario colectivo
justamente eso es lo que en gran
parte nos hace nos forma no importa
el que el cual el cuando
suceden y nos tocan .....
me estoy fumando porro ...si fer
fumo porro hace un monton y me encanta
te lo puedo confesar ya estamos cumpliento los treinta no?
y son las 6 y media de la mañana
del 05/12/2010 y casualmente ...
si casualmente me encontre con esto
tu blog.....tus Fer Massa de ahora
godart cine teatro guauuuuuuuuuuu
pero sabes que siempre lo supe
quiero que lo sepas
siempre lo supe no se porque
pero lo supe
te deseo lo mejor
mi mejor anecdota que puedo contar
es que eras un buen tipo
y se que lo seguis siendo
mucha mierda
enserio
saludos felices

Fer Massa dijo...

Antes que nada hola! y gracias!...
Puedo imaginarme quién sos pero prefiero no adivinar... Lo que podemos hacer es que me digas, y después yo te digo si había adivinado o no jeje
Un abrazo y ya que vuelvo por acá gracias a este comentario, pienso que puede ser una buena excusa para reactivar el blog que anda medio dormido...
Un abrazo!