sábado, 9 de enero de 2010

Para Cameron los alienígenas somos nosotros

Bueno, bueno, se hizo esperar pero ha llegado finalmente el primer post de 2010, de la mano de un tanque de Hollywood. Así es, estamos hablando de Avatar.
Para el caso, unas consideraciones previas.
Había visto algún trailer que otro con los bichos celestes, había escuchado a la tía Catalina leer una crítica cualunque en TN, había leído que James Cameron se zarpaba con los efectos pero que se había olvidado de la historia.
Y todo eso, sumado a que no suelo ser muy fan de las pelis sci-fi (salvo contadas excepciones) ni de los super tanques hollywoodenses donde se gasta casi tanto como los fondos que atesora Martín Redrado, conllevaba a que las posibilidades que la fuera a ver al cine fueran mínimas, por no decir nulas.
Pero rompiendo con todos los pronósticos, con una semana atareada, y con un viernes ávido de pochoclo y distracción terminé con Juli ahí, en una cómoda butaca del Showcase.
Y bueno, qué decir. 8 puntos. Posta. Muy buena peli.
Pero, ¿por qué?
Antes que nada el pibe demostró que por algo hizo las pelis que hizo: cambió el paradigma, simplemente eso. Esta vez, los alienígenas fueron los humanos. Basta de que fuerzas extrañas atacaran la tierra, o que el hombre vaya a navegar por el espacio con temor a encontrar quién sabe qué. Acá la decisión está muy firme, están bien decididos a conquistar, destruir, y dominar.
Pero la peli no solo parte de una idea original y piola sino que tiene muchos otros aspectos positivos. Vamos con el planeta, Pandora. Sí, la caja, pero bueno olvídense de eso, porque los nombres son para el olvido. Los humanoides se llaman Na'vis... Pero por eso, hay que darle bola al mundo que se crea, las especies, los humanoides... hacen recordar a mundos nuevos como los que supo crear Tolkien, o que leía en los libros de Elige tu propia Aventura, en especial uno que hablaba de un misterioso mundo subterráneo.
La peli te lleva a eso, a trasladarte a un mundo nuevo, de fantasía, que es de lujo.
¿Influencias? Muchas. En primer lugar observando el catálogo propio, las máquinas de Terminator.
También recuerda al dibujo animado He-man donde hay por ahí dando vueltas un Battlecat, y algunas escenas de la heroína Avatar dignas de She-ra.
Pero aunque suene ñoño, lo mejor de la peli me resultó el guiño ecologista. Porque si bien puede parecer burdo, se transmite de un lado espiritual, de conexión con la naturaleza, de universalidad, como sucede en las mejores películas del japonés Miyazaki.
Y esta vez, los personajes estereotipo, a mi gusto, funcionan.
Las críticas: me pareció floja la edición, por momentos hay saltos raros; por otra parte, algunos diálogos pecan de básicos.
Pero en definitiva, bien por Cameron. Así vale la pena gastar tantos millones de dólares.
Y como se imaginaban, dejo el trailer... y no se dejen llevar por él, vayan a verla y me cuentan qué les pareció.


3 comentarios:

Julie dijo...

Coincidimos en ir. Coincidimos en las caras durante la pelicula. Y después también. No voy a contar el final pero ¡qué mala que es la canción del final!

Joaquín Bilbao dijo...

Ya está. Me armo un lindo ponche, subo al 59 rumbo al IMAX en las afueras de la ciudad y me veo la peli de los lindos cuerpos azules.

Fer Massa dijo...

jaja Sí. Una peli ideal para ponerse los anteojos 3-d, tomarse un ponche e irse de viaje a Pandora.