No permitas que los hombres y sus suciedades los lastimen, los quiebren.
Paraliza aquí mismo la vida.
Deja que para siempre subsistan las líneas punteadas de la Expedición al Alto Perú.
Que jamás deje de ser inmaculado, con su uniforme de parada, señalando con su índice enérgico hacia Chile, el General José de San Martín. Que nunca sepan que en aquel momento marchaba enfermo sobre una mula y no sobre un hermoso caballo blanco, cubierto con un simple poncho, encorvado y caviloso, enfermo.
Permanezca para siempre aquel pueblo de 1810 frente al Cabildo, esperando bajo la llovizna la Libertad de los Pueblos.
Sea aquella revolución pura y perfecta, sean eternos y sin manchas sus jefes, no haya jamás debilidades ni traiciones, no muera abandonado e insultado el general Belgrano, no fusile Lavalle a su antiguo camarada de armas ni reciba ayuda de extranjeros.
Sea aquella revolución pura y perfecta, sean eternos y sin manchas sus jefes, no haya jamás debilidades ni traiciones, no muera abandonado e insultado el general Belgrano, no fusile Lavalle a su antiguo camarada de armas ni reciba ayuda de extranjeros.
No muera pobre y desilusionado en una remota ciudad de Europa, mirando hacia América, apoyado en su bastón de enfermo, el general José de San Martín.
Ernesto Sabato, Abaddón el Exterminador
2 comentarios:
Para cumplir con este mandato patrio, está Billiken, una especie de guardián de la historia agradable, amable y perfecta de la historia nacional.
Estuve leyendo sobre Billiken: "El nombre de la revista está tomado de un famoso muñeco de la época, una especie de divinidad hindú sonriente creado por la estadounidense Florence Pretz".
Entonces a mí me queda esto de que la historia nos fue contada/enseñada siempre con una sonrisa, de forma siempre heroica y muy patria. Y muchas veces parece que no fue así...
Una cosa así como lo que pasa ahora con El Argentino y el Gobierno K.
:P
Muy buena la cita!
jaja
Qué loco lo de Billiken... ahora me intrigo ver cómo es el muñeco ese...
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